Noviembre es el Mes Nacional de la Diabetes. Aunque este año el enfoque ha promovido una mayor concientización acerca de los riesgos que de por vida traería la diabetes gestacional para madres y sus hijos, todo esto debido a que el 50% de las mujeres con diabetes gestacional desarrollaran diabetes tipo 2.[1]
No tan solo las madres con diabetes gestacional sino todas las personas con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de sufrir varias complicaciones médicas como enfermedades del corazón, y derrames cerebrales entre otras más. Dentro de los patrones de estilo de vida que se pueden modificar y que ayudan a disminuir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 incluyen están comer de manera saludable, manejo de peso corporal y más actividad física o ejercicio. Parecería irónico que en el mismo Mes Nacional de la Diabetes, también se celebre el Día de Acción de Gracias aquí en los Estados Unidos, y con ello la dicha de reunirse con familiares y amigos, disfrutar del fútbol americano, ​​ir de compras, y mucho de que comer. Las fiestas de Acción de Gracias podrían ser un desafío al bienestar de aquellas personas con diabetes y/o aquéllos que están tratando de mantener un peso aceptable. ¿Debemos agradecer a esta temporada de fiestas por brindarnos un entorno que fomenta la sobrealimentación, por ende la ganancia de peso, y niveles elevados de azúcar en la sangre? No, pero la realidad es que es difícil controlar un medio ambiente que parece que tiene como meta principal el aumento de peso por aquello de reuniones sociales con cantidades estratosféricas de comida con una amplia variedad de alimentos, abundantes bocadillos en el hogar y el trabajo, y menos oportunidades para hacer ejercicio debido condiciones climáticas frías.
El Día de Acción de Gracias no tiene que ser el enemigo de nuestra salud y muy bien podemos hacer de esta oportunidad una cena que además de saludable sea una delicia al paladar para todos por igual.   Para lograrlo se requiere planificación, seleccionar los alimentos cuidadosamente, y darse tiempo para preparar y cocinar con el fin de degustar un plato apetitoso y saludable. Algunos cambios que son sencillos y prácticos para este fin incluyen hacer un relleno a base de verduras en lugar del relleno a base de pan, cocinar las guarniciones con más verduras de color rojo-anaranjado en lugar de papas y así reducir la cantidad de vegetales con almidón. Por ende cuando se cocinan mas verduras sin almidón, se ayuda con la sensación de saciedad, y se controlan las porciones aun mejor. Al planificar la cena, se recomienda que consulten a su nutricionista dietista registrado, para que con su ayuda profesional se puedan satisfacer las necesidades nutricionales de toda la familia, lo cual es muy importante sobretodo para aquellos con diabetes o bien para los que estén tratando de mantener un peso saludable.

Por Araceli Vázquez, MS, RDN, LD

[1] National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Disorders website.           https://www.niddk.nih.gov/health-information/communication-programs/ndep/partner-community-organization-information/national-diabetes-month/promote. Accessed November 19,2018